miércoles, 16 de junio de 2010

CULTURA Y TRADICIONES DE CÚLLAR

Las artesanías y productos alimentarios locales y tradicionales están siendo recuperadas y desarrolladas por empresarios jóvenes como una nueva fuente de empleo que recoge el testigo del saber tecnológico popular y tradicional.

La artesanía material más destacada de Cúllar ha sido, históricamente, la alfarería, debido a una materia prima, la arcilla, de gran calidad por su grano fino y buen comportamiento en la cocción. El complejo alfarero de Cañada del Colmenar o cañada de los alfareros es un lugar de interés etnológico que se localiza a 1 km. al Norte de Cúllar pueblo. Minas de arcilla, cuevas con alfares y hornos pueden aún verse en pie.
Cántaros, botijos, cantimploras o jarras eran los tipos más recurridos por una alfarería local de gran renombre comarcal. Afortunadamente, una empresa incipiente de nueva creación ha tomado el testigo del último maestro alfarero cullarense, D. Agustín, cuyo taller de auténtica cerámica doméstica del altiplano, continúa aún a 500 m. del puente sobre el río Cúllar en dirección Baza.

Otras industrias de gran importancia histórica pero desaparecidas eran la fabricación de cal en caleras, el azufre o la fabricación de yesqueros y piedras de fusil de sílex. Dado el carácter predominantemente silvopastoril del territorio es lógico esperar un gran desarrollo de la artesanía y recolección del esparto para la fabricación de aperos para animales de carga o labranza: serones o agüeras para la carga de sólidos o líquidos y arreos para enjarzar mulos o burros; también se fabrican utensilios domésticos como capachos, espuertas, esteras, alfombras, envoltorios de botellas, etc. Algunos maestros esparteros de gran habilidad pueden encontrarse aún en barrios como El Barranco, de gran tradición espartera.

El esparto se recolecta actualmente para su venta a granel y fabricación posterior de estopa.

La calidad y variedad de plantas aromáticas o medicinales ha originado su tradicional y muy presente recolección para la industria de perfume o farmaceútica, si bien una actividad, la destilación artesanal, acabó en los años ochenta cuando aún funcionaban las calderas de Rozaimí, en el río Cúllar.

La miel de Cúllar es una de las mejores de Andalucía por esta diversidad florística nada frecuente en la provincia de Granada. Existen diversas variedades según la procedencia, si bien destaca la miel de romero, tomillo o lavanda.



La matanza tradicional aún se mantiene como una fiesta ritual de invierno que favorece la cohesión social de la comunidad. Las chacinas artesanales son excepcionales por la excelente combinación de especias, algunas muy poco utilizadas en Granada, lo que proporciona a chorizos, morcillas o rellenos un sabor singular.

Conservas vegetales como pimiento y tomate asados, setas de cardo y creíllas al natural, higos secos y mermeladas de fruta, en especial peras o manzanas, son auténticas exquisiteces de las artesanías alimentarias tradicionales. La fabricación de sidra de manzana aparece en la zona de vega, si bien es escasa.

Los quesos artesanales de cabra pura, elaborados con leche fresca y cuajo tradicional, sin aditivos artificiales, eran prensados en pleita de esparto y molde en taburete, sistema tradicional que convive con modernas instalaciones que continúan con la misma fórmula artesanal.

El vino fabricado en pequeñas bodegas artesanales tiene muy buenas características, destacando los vinos tintos o rosados jóvenes de variedades autóctonas y libres de cualquier añadido químico. El proceso de transformación y crianza es predominantemente artesanal, con buenos ejemplos en las pedanías de Venta Quemada, El Margen, Venta del Peral y la vega del río Cúllar.

Todavía se destila orujo en alambiques artesanales, fabricándose algunos magníficos orujos de hierbas aromáticas. Algunas bebidas son especialmente particulares, caso del churripampli y el chumichurri, especie de jarabes espirituosos con mezclas de vino, orujo, especias y agua de cocción de frutas.

La artesanía repostera presenta un recetario con crespillos de cañamones, tortas de chicharrones, mantecados y roscos de anís de gran calidad por su proceso y materia prima natural.

La panadería artesanal está muy extendida en numerosos hornos y despachos de pan. La tradición panadera de Cúllar es importante por la tradición cerealística y harinera y un agua de buena calidad para una cochura artesanal, en especial en los hornos tradicionales de leña que aún permanecen.




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